Cada vez resulta mas evidente la necesidad de reducir los niveles de Gases de Efecto Invernadero (GEI) que se encuentra en el ambiente por lo que se debe limpiar el aire de dióxido de carbono siendo uno de los principales gases de este tipo.
Los cambios climáticos son más drásticos en distintas partes del mundo, como sequías mas extensas, tormentas mas intensas y una reducción en el tamaño de los polos, por lo que una opción es reducir la emisión de los GEI y otra es volverlos a capturar del aire, pero de acuerdo a algunas investigaciones esto puede requerir hasta una cuarta parte de la energía mundial para el año 2100, por lo que será de vital importancia encontrar formas mas eficientes conseguir esto.
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Esta es una tarea a la que se dieron el post doctorado del MIT Sahag Voskian, quien desarrolló el trabajo durante su doctorado, y T. Alan Hatton, el Profesor Ralph Landau de Ingeniería Química.
El dispositivo que desarrollaron es básicamente una batería gigante que el absorbe dióxido de carbono del aire que pasa por sus electrodos mientras se carga, posteriormente el gas se libera cuando se descarga.
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Durante una operación normal, el dispositivo alternaría entre carga y descarga, absorbiendo el aire a limpiar durante la carga para posteriormente expulsar el dióxido de carbono durante la descarga.
Un proceso de captura mas sencillo y eficiente que en sistemas similares
Los electrodos están recubiertos con un compuesto llamado poliantraquinona y por su naturaleza, «tiene una alta afinidad o ninguna afinidad», explica Voskian, dependiendo del estado de carga o descarga de la batería. Otros sistemas utilizados para la captura de carbono requieren pasos intermedios de procesamiento químico o el aporte de energía significativa como el calor o las diferencias de presión.
El dióxido de carbono es atrapado en los electrodos durante el proceso de carga.
Esta característica también ayuda a que aún en una concentración baja, el dióxido de carbono puede ser absorbido, incluso a 400 partes por millón, la cuál es la concentración normal que podemos encontrar en el aire que respiramos.
La ventaja de poder capturar el dióxido de carbono es que se puede ocupar en industrias como la de bebidas carbonatadas o la agricultura, donde se queman combustibles fósiles para obtener dióxido de carbono para utilizarlos en sus procesos.
Actualmente estos dispositivos puede realizar hasta 7,000 ciclos de carga y descarga, pero los investigadores estiman que pueden aumentarlos fácilmente hasta 20,000 o 50,000 ciclos.
La eficiencia energética de este nuevo dispositivo es tal que solo ocupa un gigajulio por tonelada de dióxido de carbono capturado. Otros métodos requieren entre 1 y 10 gigajulios para capturar una tonelada.